La Educación Social en los centros educativos, ¿por qué no?

Acaba de aprobarse la Ley de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia Frente a la Violencia, más conocida como Ley Rhodes. En esta Ley se establece una figura nueva: la de "Coordinador/a de Bienestar y Protección" que va a desempeñar funciones que ya son desempeñadas en algunas CCAA por las Educadoras y Educadores Sociales. Y yo me pregunto, ¿Por qué hay tanto miedo en incluir la figura del Educador/a Social en los centros educativos? ¿Por qué el gobierno tiene esas reticencias en hacerlo? 

A estas preguntas solo puede hacer una respuesta: el total desconocimiento de la figura de la Educadora y Educador Social y de lo que puede aportar en el ámbito escolar, que va más allá de lo que dicen las leyes educativas (leyes que se reducen al carácter academicista de la escuela).  

No se puede concebir una escuela sin educación social, no tiene sentido. Si no fuera así, entonces estaríamos hablando de una fábrica de sujetos que se preparan para una producción industrial. La escuela debe ser mucho más que eso, debe ser una institución donde debería primar la educación emocional, el desarrollo personal y social de la persona tanto en la etapa de la infancia como en la adolescencia y sobre todo una institución que proporcione una perspectiva crítica para el fomento de una sociedad diversa y abierta con los valores de la solidaridad y la Justicia Social. Pues eso es lo que falta en el sistema educativo actual. Eso es lo que puede aportar la Educación Social, que como derecho de la ciudadanía debería estar regulado y también debería estar presente en los centros educativos. 

Hace falta una reflexión muy profunda de la intervención socioeducativa en los centros educativos por parte del Gobierno Central y de los partidos políticos que lo conforman. Hace falta que haya más comunicación entre Gobierno y profesionales de la Educación Social, haciendo que el primero escuche a los segundos, porque las reivindicaciones son más que justas, son necesarias, por lo que es necesario escuchar. 

Estos días me siento muy orgullosa de que tanto los Colegios Profesionales de la Educación Social (a través del Consejo General de Colegios de Educadoras y Educadores Sociales (CGCEES) como profesionales y estudiantes de Educación Social se hayan unido para que la voz de la Educación Social se oiga bien alto y claro. Ahora debe ser el Gobierno y los partidos políticos los que deben escuchar esa voz que con todo clamor pretende visibilizar la importancia de la Educación Social en los centros educativos y esa misma voz pide que se regularice la profesión, porque repito una y otra vez, es un DERECHO DE LA CIUDADANÍA y como tal debe ser dignificada.