¿Adicción a las nuevas tecnologías o un suculento negocio para terapeutas y empresas?

 



Se está hablando de “trastornos por adicción a las nuevas tecnologías cuando en realidad NO está ni siquiera en el Manual DSM V (APA) ni en el CIE 11 (OMS) porque básicamente NO existe ni consenso y tampoco se cumplen los criterios clínicos de:

-          Tolerancia

-          Abstinencia

-          Cuadros clínicos bien definidos

Y entonces os preguntaréis. ¿por qué se está hablando de adicción a las nuevas tecnologías cuando NO existe? Básicamente porque confundimos adicción con abuso o mal uso. De hecho, hace poco desde la comunidad científica se propone el término Interntet Gaming Disorder (trastorno del juego de internet), pero para que esto pueda reconocerse como tal ha de haber un patrón comportamental muy extremo en las personas que utilizan, pero que se confunde con el tiempo que pasamos con las pantallas (Miller, 2023).

Y es que en realidad no se puede hablar ni siquiera de adicción, puesto que no hay ningún consenso firme en la comunidad científica en la que hay varias corrientes que no se ponen de acuerdo (Valencia-Ortiz et al., 2021).

No se tiene muy claro la diferencia entre adicción y abuso. Es cierto que existe la adicción que no está relacionada con las sustancias como la ludopatía, pero no se ve tan claro ese comportamiento compulsivo de las personas que se consideran como “adictas” a las nuevas tecnologías.

Se dice que las redes sociales generan un mayor aislamiento social, depresión, etc., pero según Carbonell y Oberst (2015), el investigador Kraut (1998) hizo un primer estudio a finales de los años 90 en el que observó que internet había disminuido la comunicación familiar y aumentaba el comportamiento depresivo y el aislamiento social. Pero tres años después, el equipo dirigido por este mismo investigador (Kraut, 2002) observó justo lo contrario y que estos elementos negativos habían desaparecido e incluso se había incrementado el nivel de bienestar en el usuario.

Ane todo esto cabe plantearse dos cuestiones, que son las siguientes: ¿se está creando adicciones que realmente NO existen para que las clínicas terapéuticas y empresas se lucren a costa de engañar a las personas? ¿Se está haciendo una especie de publicidad engañosa ante una situación que NO es real?

Pues mi opinión es que y es necesario explicar de manera más detallada cuál es la diferencia entre mal uso o abuso y adicción, porque aún se sigue confundiendo. No hay que demonizar las nuevas tecnologías. Si se usan bien nos pueden facilitar la vida y pueden ser útiles. Está claro que no hay un consenso muy claro sobre esto y hay que tener cuidado en no patologizar todos los comportamientos abusivos, porque al final todo es el resultado de una falta de formación y de educación sobre su uso.

 

La tecnología es nuestra aliada, NO es nuestra enemiga. El tiempo pasado nunca fue mejor.

 

Bibliografía

Carbonell, Xavier; and Oberst, Ursula. “Las redes sociales en línea no son adictivas”. Aloma: revista de psicologia, ciències de l’educació i de l’esport Blanquerna, vol.VOL 33, no. 2, pp. 13-19, https://raco.cat/index.php/Aloma/article/view/301478.

Kraut,  R.,  Kiesler,  S.,  Boneva,  B.,  Cummings,  J.  N.,  Helgeson,  V.,  &  Crawford,  A.  M.  (2002).  Internet  Paradox Revisited. Journal of Social Issues, 58(1), 49–74.

Kraut,  R.,  Patterson,  M.,  Lundmark,  V.,  Kiesler,  S.,  Mukopadhyay,  T.,  &  Scherlis,  W.  (1998).  Internet  paradox. A social technology that reduces social in-volvement and psychological well-being? The Ame-rican Psychologist, 53(9), 1017–1031.

Miller, C. (2023). ¿Es real la adicción a internet? Child Mind Institute. https://childmind.org/es/articulo/es-real-la-adiccion-a-internet/

Valencia-Ortiz, R., Cabero-Almenara, J., Garay Ruiz, U., & Fernández Robles, B. (2021). Problemática de estudio e investigación de la adicción a las redes sociales online en jóvenes y adolescentes. Revista Tecnología, Ciencia Y Educación, (18), 99–125. https://doi.org/10.51302/tce.2021.573


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