El amor romántico es la opresión de las mujeres.

 En esta sociedad patriarcal se ha normalizado todo tipo de opresiones hacia las mujeres. Obviamente, uno de esos tipos de opresiones es el amor romántico. Dejemos de hablar de mitos y hablemos de lo perjudicial que es el amor romántico en sí para el avance de las mujeres y para la igualdad. 

Para mí, el amor romántico NO es químico. No tiene nada que ver. Todos los demás tipos de amor generan endorfinas, claro que sí, pero el amor romántico tiene todas las red flags de las emociones: es tóxico, te distorsiona la realidad y sí, genera mucha más violencia de lo que pensamos. El amor romántico NO es una emoción, es una construcción sociocultural del sistema cisheteropatriarcal para someter a las mujeres a una situación de gran vulnerabilidad frente a la violencia. Es un elemento crucial para el funcionamiento del patriarcado y de la que surgen muchas formas de violencia de género (física, psicológica, social...). El amor romántico es el principal medio por el que se manipula y se somete a las mujeres y ya es hora de cuestionarlo, desmontarlo y valorar las demás formas de amor como la amistad, el amor que nos proporcionan las mascotas, el amor por la naturaleza, por las artes... 

Desde el feminismo se hace una conceptualización del amor romántico como una forma de subordinación de las mujeres. Autoras como Almudena Hernando (2000) que lo define como "el modo en el que las mujeres internalizamos, actuamos y reproducimos un conjunto de valores y actitudes a través de las cuales nosotras mismas contribuimos a perpetuar la desigualdad respecto a los hombres". 

Desde esta forma subjetiva, según Esteban y Távora (2008), surgen nuevas construcciones sociales como el "instinto maternal". Elemento que, tanto la Biología, como la Medicina, la Psicología y la Sociología se han encargado de desmentir su existencia. En realidad es otro constructo social derivado del amor romántico y del patriarcado, es decir, una excusa más para relegar a la mujer al ámbito privado y a someterla a diversas discriminaciones en distintos ámbitos como, por ejemplo, en el ámbito laboral.

Como ya dije en la entrada anterior, la abolición de la familia y el matrimonio es fundamental para la abolición del capitalismo. Pues para abolir la familia y el matrimonio es necesario abolir el amor romántico, ya que, según Engels (1976), los elementos fundamentales para la transmisión de la propiedad privada a la descendencia, es necesario la sumisión de las mujeres a través del matrimonio y la familia monogámica y patriarcal, por lo que el propio sistema patriarcal pone en marcha el mecanismo del amor romántico como una forma para disuadir a las mujeres de luchar por sus derechos y libertades (Quirós, 2018). 

La abolición del amor romántico no es solo objetivo del feminismo, sino también del propio marxismo e incluso de la propia izquierda (en general), ya que la propiedad privada y el capital solo se puede perpetuar a través del matrimonio y de las familias monógamas. Y ya no es solo en la cuestión de la transmisión de la propiedad privada, sino también en la creación de mano de obra de la que depende el sistema capitalista. Sin mano de obra no habría fuerza de trabajo y si no hay fuerza de trabajo no hay producción de capital. Una vez más, se ve la estrecha relación entre el capitalismo y el patriarcado a través de mecanismos como el amor romántico. 

Según Kollontai (1978), la emancipación de la mujer empieza cuando ésta empieza a abandonar la esfera privada en "una eterna lucha defensiva contra la intromisión del hombre en nuestro yo, una lucha que se resolvía en la disyuntiva: trabajo o amor y matrimonio". 

A lo largo de la historia, con la excusa de que las mujeres tenían que amar y cuidar en la esfera privada, se las ha invisibilizado en los distintos ámbitos científicos, económicos, culturales e incluso políticos. El amor romántico ha contribuido de manera muy significativa al "borrado" de las mujeres en la historia y sus contribuciones en estos ámbitos, esto es, que sus contribuciones han sido atribuidos fasamente a sus maridos, con el pretexto de que las mujeres no podían participar en la esfera pública sino que su deber era amar, engendrar y cuidar de la descendencia, invalidando así el legado de miles de mujeres a lo largo de la historia y que muchas de estas contribuciones ha llegado a cambiar el concepto del mundo hasta el que conocemos actualmente. 

En conclusión, la emancipación y la liberación de la mujer no comienza hasta que no logre emanciparse del todo del amor romántico y de los distintos mecanismos que tiene el patriarcado para retenerla en la esfea privada. 


Bibliografía 

Engels, F. (1976). El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. Progreso

Esteban Galarza, M. L., Távora Rivero, A. (2008). El amor romántico y la subordinación social de las mujeres: revisiones y propuestas. Anuario de Psicología, 39(1), 59-73 https://hdl.handle.net/10481/22465

Hernando, A. (2000). La construcción de la subjetividad femenina. Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense de Madrid

Kollontai, A. (1978). Autobiografía de una mujer emancipada. Fontamara 

Quirós Moya, F. (2019). El amor romántico, otra forma de opresión zarista y patriarcal. Revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica, 57(148), 141-148. Recuperado a partir de: 

https://archivo.revistas.ucr.ac.cr/index.php/filosofia/article/view/37900 



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