¿Qué es normal y qué NO lo es?
Como hemos visto en la entrada anterior, la idea de abolir el matrimonio y la familia para abolir el capitalismo NO es nada nuevo. Yo tampoco he aportado nada nuevo, es una idea que ya se planteaba desde finales del siglo XIX y durante el siglo XX.
Me podéis llamar loca o todo lo que queráis por defender esta, pero yo al menos NO defiendo en ningún momento hundir barcos que rescatan a personas migrantes huyendo del horror de las guerras, de la pobreza y del Cambio Climático y tampoco defiendo hundir flotillas que piden el fin de un genocidio que ha ocurrido (sigue y seguirá ocurriendo) delante de nuestras narices y que se ha cobrado la vida de más de 50.000 palestinos, entre ellos, miles y miles de niñas y niños inocentes que tenían toda una vida por delante. Tampoco defiendo la regresión de los derechos de las mujeres ni niego la existencia de la violencia de género, así como tampoco defiendo las violencias LGTBIQAfóbicas sólo para "defender" la familia tradicional (que sea "tradicional" no la hace más natural, de hecho, las familias NO son naturales, sino una herramienta de organización y control social). Eso no solo da pena, da ASCO.
Yo no veo normal una sociedad que ataca a alguien que cuestione lo socialmente establecido y que sea normativo. Yo no veo normal que se defienda la violencia y los discursos de odio contra los colectivos más vulnerables y que se criminalicen a estos colectivos. Yo no veo normal que se señale a las personas que piensen diferente y se las tilden como que están "mal de la cabeza" cuando en realidad están abriendo un debate muy necesario e interesante. Yo NO veo normal que se ensalce el odio y se ataque y se señale la diversidad.
Y tampoco veo normal que esta sociedad aplauda a una persona que presume de no leer nada y que lanza discursos ultraconservadores contra quienes son diferentes a ella, como es el caso de María Pombo. No es normal que se aplauda la ignorancia, el terraplanismo y el movimiento antivacunas y se ataque a las ciencias que con sus datos desmontan los bulos que los primeros difunden sin ningún tipo de rubor.
La Educación Social si quiere ser el motor de cambio y transformación social, primero ha de incomodar a la propia sociedad y hacerle ver que hay que replantearse y cuestionar ciertos elementos que pueden seguir perpetuando la opresión de los colectivos más vulnerables.
Hay cosas que hay que replantearse como sociedad y cuestionar lo que es socialmente normativo no solo es muy saludable, es incluso beneficioso para poder avanzar como sociedad.
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